Durante mi pasado viaje a Chile (hace 6 meses) compré el libro El Arte y la ciencia de no hacer nada, de Andrew J. Smart, un libro pequeño cuyo título me llamó la atención.
Desde entonces, lo había dejado olvidado en una estantería, sin tocarlo. Justo antes de partir de vacaciones la semana pasada decidí darle una oportunidad y la verdad que me gustó mucho la tesis del libro.
El autor mantiene que cuando creemos que no estamos haciendo nada, en los típicos momentos en los que estamos aburridos sin hacer nada, dejando a nuestra mente vagar, en realidad, el cerebro está funcionando y está estableciendo conexiones que son muy útiles y que pueden aumentar nuestra creatividad.
El autor mantiene que es fundamental dejar tiempo para esos momentos de no hacer nada y que en el mundo actual corremos el peligro de organizar demasiado nuestro tiempo para evitar momentos de ocio, lo cual puede llegar a pasarnos factura en el futuro.
El autor lo razona de varias formas y a mí me convenció. En mi caso, tiendo a ser bastante desordenado y a dejarme llevar bastante por mi propio impulso. Puesto que en mi trabajo se requiere un elevado nivel de creatividad para investigar, publicar artículos o programar, es un tema que me interesa mucho.
Además, coincido con el autor en que muchas veces es mejor parar un momento de trabajar, dar un paseo, dormir, o dedicarse a no hacer nada…para que de repente se te ocurra una idea que hasta entonces no se te había ocurrido, cuando llevabas bastante tiempo delante del ordenador.
En definitiva, un libro y una tesis que recomendaré a partir de ahora. Cuando quieras avanzar en ciertos trabajos creativos, relájate un poco, y no hagas nada… a lo mejor, aparece la idea que llevabas un tiempo buscando.